My boys

El viernes, después de que se me frustase la oportunidad de encontrarme con Micompañero en un boliche, salí para el bar de siempre con unos amigos. Pero cuando llegamos, y como el bar estaba hasta las manos de gente, los chicos me rompieron tanto las bolas que terminamos yendo al bar de enfrente, donde G va todos los fines de semana religiosamente.
Como era de esperarse me lo crucé. Pero esta vez fue distinta. No le di pelota, no lo mire, no le hablé, no nada. Y ni siquiera tuve que esforzarme por hacerlo; simplemente no se me pasó por la cabeza. Yo no lo podía creer, por primera vez en mi vida no me importó estar con él.
Pero lo mejor de todo, es que le puse los puntos de una vez.
Cuando salía del bar, el estaba afuera, y me frenó para hablar conmigo. la conversación fue masomenos así:

G: Ara, te vas?
A: Sí, chau.
G: Para, quedate un rato. Tomemos algo.
A: No, me voy a casa.
G: Dale. Que? no querés estar conmigo?
A: En realidad no. Chau G.
G: Para, para. por qué no? que pasó, te enojaste?
A:No, pero me canse de tus vueltas, de no llegar a ningún lado. Voy a seguir con mi vida.
G: Pero yo te quiero, quiero estar con vos.
A: No me hagas reir, querés? tardé, pero me di cuenta de que eso es mentira.
G: No seas así, sí te quiero. Dame otra oportunidad.
A: Tuviste demasiadas G, ya esta. Me cansé.
(para este momento ya se me salía el corazón por la boca)
G: Me vas a decir que no me querés más, que no me vas a extrañar?
A: No te voy a decir eso porque es mentira, pero no me interesa seguir con esta farsa. Hacé tu vida y yo voy a hacer la mía.

Después decirle eso me fui sin dejar que me responda. Pero no porque me hiciera mal, sino porque no tenía ganas de escuchar las boludeces que hubiera dicho. Creo que logré darme cuenta que todo lo que sale de su boca son mentiras y que no vale la pena intentar creerle. Y me saqué un peso de encima.
Siento que este era el punto final que estaba necesitando.


Así, contenta por la mochila que por fín pude dejar de cargar, el sabado salí a ponerme en pedo y festejar con Facu y otros amigos y terminó siendo una de esas noches para el recuerdo. Sobre todo por el viaje de vuelta que involucró a unos travestis chorros, Facu vomitando en el taxi y alguna que otra foto comprometedora.

Y para terminar, Chicho-chocotorta ni apareció. Ni un mensaje de texto me mandó. Que se joda, aprendí a no hacerme mucho problema por tipos así.