Y yo me quejaba de la linea a

Hoy los planetas se alinearon para testear mi paciencia y buena educación. Y puedo decir que aprobé.
9 de la mañana me subí al 132 para ir a pagar la cuota de la facultad.
Como me había quedado dormida y estaba llegando tarde, me llevé el café en un vasito térmico y unas talitas en la mochila.
El tema es que a mi nadie me avisó que hay algo peor que viajar en subte, y que ese algo es viajar en bondi a la mañana.
Me di cuenta que parada no iba a poder tomar cafe, comer talitas, no joder ni manchar a nadie y encima agarrarme de algún lado para no irme a la mierda en la primera curva. Asique decidí retrasar el desayuno hasta que se liberara algún asiento.
Pero claro, eso no iba a pasar. En los 40 minutos de viaje que tuve se liberaron 8 asientos. 8 asientos no es poco, no. Pero yo tuve tal suerte de que cada vez que alguien se levantaba para tocar el timbre, aparecia un viejo hecho mierda al lado mio ( y eso que estaba al fondo del colectivo) y no me quedaba otra que darle el asiento.
Me la banqué como una dama inglesa, cagándome de hambre y dolor de piernas, sonriendo y negándome a cada viejo que por simple cortesía me decía que me siente yo, y reprimiendo mis impulsos de matar a las 2 viejas que se tiraron encima del asiento a pesar de que tenían mejor estado físico que yo antes de fumar.
Yo me quejaba del subte, pero ahí por lo menos somos todos iguales. Si no te subiste en la primera estación, podés ser viejo, ciego, embarazada, tener 3 pendejos a upa, que no te vas a sentar ni por puta. Y yo, me subo en Carabobo.