domingo, 9 de noviembre de 2008

Crónica de un viernes nefasto

Viernes a la noche. No tengo ganas de salir, pero no me quiero quedar en casa. Vamos con Maru a un pub en caballito. Me hago amiga del patovica, que más tarde me mandaría mensajes de texto de manera insoportable (no puedo volver al pub nunca más). Aparece Juan con un amigo suyo que estuvo con Maru en Bariloche. Tomamos unas cervezas. Insisten en que vayamos con ellos a seven. Tomamos un taxi y entramos al boliche. Bailamos un rato, tomamos. Parece que hoy se me da con Juan. De repente, "chicas quedense acá, ya volvemos". No los vemos más en toda la noche. Me encuentro con Leandro, un compañero del colegio y me consuelo con unos besos suyos. Mensaje a Juan: "nosotras nos vamos, un beso". No hay respuesta. Llego a mi casa, y me acuesto enojada.

Porque Juan me puede de esa manera. Porque me pasé todo el sabado pensando en él? ehh? EEHHHH?

5 comentarios:

MC dijo...

porque ellos nacen con la capacidad de hacer que con un minimo gesto nos revolucionemos y asi logran tenernos todo un dia pensando en ellos.

Araceli dijo...

marulinguis: tenes toda la razon. como desearia que fuera al reves.

Jota dijo...

los J somos así...
irresistibles
inciertos
imbéciles
i perdedores...

Olivia dijo...

tambien te hacen sufrir cuando estan ahi, conectados en el msn y ni se les ocurre saludar, ni nada, ni un sonidito molesto ¬¬

y yo tratando de invetar una escua para hablar, mierda, tengo menos autocontrol generalmente

Araceli dijo...

ay olivia, veo tu comentario justo después de postear la última entrada. Parece que aunque sea J tiene la delicadeza de saludar por messenger, aunque no sea algo muy común.