miércoles, 20 de agosto de 2008

Si te dicen que morí

Hace una semana que la vecina del C no entra (o sale, no se) a su casa. El diario del jueves 14 de agosto sigue sobre la alfombra de entrada y tiene una carta de Osde enganchada en la puerta desde el viernes. Además, ya no me despierto de mi siesta escuchando su cumbía evangelica ni se escucha su riego de las plantas a altas horas de la noche.

No creo que falte mucho para que la gente del same tire abajo su puerta.

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