martes, 3 de febrero de 2009

La costa, más que un amor de verano

Y después de tres días comiendo nada, caminando muchisimo y luchando con G me fui a San Bernardo, a mi lugar, a mi segundo hogar.

Es que ya desde marzo del año pasado venia contando como los presos los dias faltantes para pisar ese suelo.

Fue increible bajarme del micro y salir de la terminal para encontrarme con esas calles tan conocidas. Caminar cargada con los bartulos por la avenida, pasar por las puertas de los boliches, ir cruzandome con esa gente que tanto extraño durante el año. Fue el paraiso.

Tiré los bolsos en la casa de mi amiga y nos fuimos corriendo a la playa. Ay, ese parador. Como extrañaba ese paisaje. El mate, la lona, la arena. Estaba extasiada.

Y todo volvió a la normalidad. Salir todas las noches, levantarme a las 3 de la tarde, la playa, el mate con amigos, conocer gente, todo.

Es que soy tan feliz en ese lugar. Es como si por dos semanas pudiera ser otra persona, no tener preocupaciones, hacer lo que se me cante sinque nadie me juzgue. Es poder vivir la vida de la manera que todos deberiamos vivirla, siendo felices, pasandola bien, sonriendo, sin preocupaciones.

No se que es lo que tiene ese lugar que me gusta tanto. Sera la gente que quiero tanto y que solo veo durante el verano. Sera la playa, el mar. Solo se que si pudiera detener mi vida en un momento, seria una tarde de Enero, en la playa tomando mate con mis amigos, planificando la noche y riendo de cualquier estupidez. Eso es vida.



Y ahora, estoy lejos, muy lejos de ahi. Estoy lejos de mi casa también. Aca en Cordoba, estoy perdida. Escribo esto desde un cyber infecto (al que llegué escapando de mi viejo para poder fumarme un pucho), escuchando una y otra vez "Lloraras por mi" desde la computadora de al lado, y me acuerdo de I, ese platense que me robó el corazón una noche bailando, que todavía me manda mensajes diciendo que extraña mis besos, y que asi este en La Plata o en la India va a hacer lo posible porque nos volvamos a ver.



No se que va a pasar con mi vida de acá a 3 días siquiera. Pero lo que vivi en las últimas dos semanas no lo cambio por nada.

1 comentario:

Café (con tostadas) dijo...

conozco la sensación... eso es lo que se siente cuando uno pisa tierra en su rincón en el mundo!

Besos y suerte