lunes, 20 de octubre de 2008

Dios y su retorcido sentido del humor

El sábado al final se me fue la noche de chicas a la mierda y terminamos con Agus, Maru y Gabi en un pub sobre directorio.
Estuvimos un rato y después Agus y Gabi se fueron, y me quede sola con Maru.

Estábamos charlando cuando de la nada aparece G y pasa por adelante mio. Mi plan era ignorarlo pero Maru no tuvo mejor idea que pegarle un grito, lo que hizo que nos saludara y se quedara 10 minutos charlando mientras yo intentaba disimular mi cara de orto.
Dos minutos después de que se va G aparece Juan y sus amigotes. Yo ya estaba en mi peor ataque de concha y me había fumado unos 17 cigarrillos en 5 minutos.
Terminamos la noche charlando con Juan y sus amigos. Juan de la nada se acordó de que existo y me estuvo franeleando toda la noche (pero MAL, me daba de comer en la boca, me hacía mimitos); hasta me hizo una escenita de celos cuando me llamó un amigo al celular (?), y como si no fuera poco me ponía cara de orto cada vez que me veía hablando con un amigo de él. De más esta decir que me moría de ganas de estar con él, pero me aguanté, no le va a ser tan fácil (ni yo me la creo).
Así que terminé yéndome a mi casa con un encendedor menos ("cuando nos veamos te lo devuelvo") y un quilombo en la cabeza que mamitaaa.

No hay comentarios: