miércoles, 11 de febrero de 2009

Tenía que pasar tarjeta

El domingo llegué de Cordoba extrañando todo. Mi familia (a Cooper sobre todo), mi casa, mi maquina, mis cosas; pero lo que más extrañé fue esta ciudad enquilombada en la que vivo.
Es que tanto aire puro me hizo mal. Un poquito esta bien, la sierra, el arroyito, los bichitos y la mar en coche. Pero llega un punto en que necesito smog, necesito muuucha gente amontonada, el transito de las 6 de la tarde, el apiñamiento en el transporte público. Necesitaba mi lugar, porque en definitiva I'm just a city girl.
Asi que llegué muy contenta, con planes de pasar estos 5 días a pleno en Baires. Es que el viernes me vuelvo a San Bernardo por 5 días y tenía un par de cosas que hacer acá.
Aproveché y viaje mucho en subte, fui a pagar la facultad y a darme de baja en Megatlon, que por cierto me estafaron mal. Visité a toda la familia, y mañana me toca ver a Fl y A.
El tema es que no me queda tiempo para mí. No tengo tiempo para sentarme y pensar un rato, para jugar juegos estúpidos por Internet. No tengo tiempo ni para dormir la santa siesta de las 3 de la tarde.
No doy más.
Eso sí, para hacer un kilombo en la cabeza pensando en G, en I, y en cuanto tipo haya pasado por mi vida en el último año tengo todo el tiempo del mundo. Es que no se que hacer; A G lo extraño muchisimo, pero me prohibí llamarlo por una cuestión de orgullo tal vez? En fin, me prohibí llamarlo.Con I hace mil que no hablo; seguro ya se olvido de mi pero yo lo extraño todavia.

Nada, eso. Me vuelvo a ir unos días, más que nada para no pasar san valentín aca, sola como un perro. Prefiero estar sola como un perro pero allá en la playa, con amigos.
Vuelvo el miércoles a la noche, o por ahí el jueves, no se. Tampoco me importa mucho, pero vuelvo.

martes, 3 de febrero de 2009

La costa, más que un amor de verano

Y después de tres días comiendo nada, caminando muchisimo y luchando con G me fui a San Bernardo, a mi lugar, a mi segundo hogar.

Es que ya desde marzo del año pasado venia contando como los presos los dias faltantes para pisar ese suelo.

Fue increible bajarme del micro y salir de la terminal para encontrarme con esas calles tan conocidas. Caminar cargada con los bartulos por la avenida, pasar por las puertas de los boliches, ir cruzandome con esa gente que tanto extraño durante el año. Fue el paraiso.

Tiré los bolsos en la casa de mi amiga y nos fuimos corriendo a la playa. Ay, ese parador. Como extrañaba ese paisaje. El mate, la lona, la arena. Estaba extasiada.

Y todo volvió a la normalidad. Salir todas las noches, levantarme a las 3 de la tarde, la playa, el mate con amigos, conocer gente, todo.

Es que soy tan feliz en ese lugar. Es como si por dos semanas pudiera ser otra persona, no tener preocupaciones, hacer lo que se me cante sinque nadie me juzgue. Es poder vivir la vida de la manera que todos deberiamos vivirla, siendo felices, pasandola bien, sonriendo, sin preocupaciones.

No se que es lo que tiene ese lugar que me gusta tanto. Sera la gente que quiero tanto y que solo veo durante el verano. Sera la playa, el mar. Solo se que si pudiera detener mi vida en un momento, seria una tarde de Enero, en la playa tomando mate con mis amigos, planificando la noche y riendo de cualquier estupidez. Eso es vida.



Y ahora, estoy lejos, muy lejos de ahi. Estoy lejos de mi casa también. Aca en Cordoba, estoy perdida. Escribo esto desde un cyber infecto (al que llegué escapando de mi viejo para poder fumarme un pucho), escuchando una y otra vez "Lloraras por mi" desde la computadora de al lado, y me acuerdo de I, ese platense que me robó el corazón una noche bailando, que todavía me manda mensajes diciendo que extraña mis besos, y que asi este en La Plata o en la India va a hacer lo posible porque nos volvamos a ver.



No se que va a pasar con mi vida de acá a 3 días siquiera. Pero lo que vivi en las últimas dos semanas no lo cambio por nada.